Érase una vez un lago que se extendía pacíficamente en una isla. Era la puta del frío. Si tenían una relación bien avenida o no, nadie lo sabe. En cambio, es de sobra conocido que a todo el mundo le hacía feliz que estuvieran juntos cada otoño.
(La foto estará cuando la haga pequeña).
domingo, 29 de noviembre de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)